28 de febrero de 2010

Artificio

Pienso en lo artificio y en lo falsamente natural. En lo que pagamos por parecer naturales y en lo que desemboca nuestra fingida naturalidad. Nos sorprendemos con maquillaje que no se descubre y con labios nude, nos vestimos para una fiesta sin que parezcamos arreglados, preparamos nuestro look para que parezca nacido de la casualidad más fortuita y despeinamos concienzudamente nuestro pelo para darle ese aire rebelde -rocker- que nos gusta tanto.

Moldeamos el cuerpo en el gimnasio y seguimos una dieta estricta para obtener una figura esbelta pero sin muscular. Miramos a la cámara con poses ensayadas en el espejo que pretender ser no simuladas, iniciamos conocimiento en el arte de la espontaneidad y la naturalidad. Echamos miradas de reojo que dicen ah... no soy lo que parezco pero sí lo soy. Nos empeñamos en ocultar nuestros errores, nuestros vicios y nuestros defectos.
Queremos ser quien no somos y negamos ser lo que somos.
Y, al final, la belleza que nos escandaliza es la de verdad.
Porque la autenticidad se nota...



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Encajes, corsets y demás









Nada como un toque de lenceria para esta nueva temporada..
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Inevitablemente

En esta vida nada es para siempre. Los cambios son inevitables. En busca de la seguridad (y por temor a la pérdida) nos podemos aferrar a situaciones o a personas... pero este es un intento que a la larga resulta fallido.
Y puesto que no todo está bajo nuestro control, se me antoja fundamental el saber aceptar y adaptarnos a estos cambios que nos presenta la vida. Sólo si asumimos estos aparentes caprichos del destino podemos volver a retomar nuestro poder personal, incluso con mayor libertad si comprendemos qué ha pasado, qué ha sucedido en lo profundo.
En muchas ocasiones, los cambios nos liberan de ataduras, evidentes unas veces, invisibles otras. Son oportunidades para el crecimiento.
Y es que... la vida es un viaje que puede ser fantástico si nos sentimos y permitimos ser viajeros y protagonistas de la misma

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